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Diseñador de indumentaria (Universidad de Buenos Aires) y docente de la misma casa de estudios. Irrumpió en la Semana de la Moda de Buenos Aires a través de la pasarela Semillero UBA y, desde entonces, lleva adelante Bastardo BA. Una marca de bolsos, mochilas, carteras y riñoneras realizados de modo artesanal.
“La inclusión y la diversidad son inherentes a mi trabajo, algo naturalizado, no pienso el producto en función de algún tipo de cuerpo o género, es accesible para quien quiera portarlo. Actualmente es una tendencia de la cual numerosas marcas hacen uso, me da mucha ilusión que se sostenga en el tiempo. Creo que hay una leve transformación que tiene que ver con la sostenibilidad. Es importante en todos sus aspectos: rastrear el origen de la materia prima, reducir el impacto de los procesos productivos, generar productos duraderos y atemporales. Algo que no tenemos que dejar de lado a la hora de diseñar y producir y que tiene que ver con la responsabilidad como humano-ciudadano En el capitalismo el fin es producir, generar ganancias, crecer a costa de lo que sea. Por eso, falta camino por recorrer y tenemos que educar y educarnos como consumidores”.
Diseñador gráfico (Universidad de Palermo), socio fundador de POGO, Creative Co. y líder del equipo de imagen en Jazmín Chebar. En el ejercicio de la profesión se volcó a la dirección de arte y la creatividad en la industria de la moda y la música. Actualmente se encuentra abocado a la próxima temporada de verano de la reconocida marca argentina.
“La pandemia hizo que tuviéramos que movernos de otra manera, como a otra velocidad. A nivel local creo que el cambio que atravesamos está en el crecimiento del comercio electrónico y el comercio digital. Deberíamos poder brindarles a nuestros consumidores una experiencia de compra como en el local, que se sientan igual de cómodos. En estos últimos años hubo un crecimiento de la industria, se profesionalizó, todo tiene más jerarquía. Es un momento en que las marcas tienen que saber bien qué decir y no hacer contenido porque sí. Importa el qué. Las nuevas generaciones son menos fanáticas y necesitan mensajes reales para poder conectar. La fidelidad no va por la marca en sí sino por lo que la marca transmite y representa. Cada vez más el consumidor va a exigir compromiso”.
Comenzó sus estudios en Biología y Ciencias Ambientales, pero fue a través de una asistencia en fotografía que se interesó por ese oficio. De ahí en más, realizó talleres técnicos y clínicas de obra con Alberto Goldenstein y con Guillermo Ueno. En el último tiempo se encuentra dedicado a la realización de un libro sobre sus trabajos más personales.
“Desde que empecé a hacer fotografía de moda, la enfoco de una manera más contracultural, no tanto desde el consumo. Me parece bueno estar viviendo esta transformación en cuanto a la sostenibilidad, la inclusión, la diversidad, que sean tema de agenda: que se hable, que se dude, que se piense qué se quiere comunicar y de qué manera, con responsabilidad y sin daño. Si bien queda mucho por hacer, siento que se está avanzando, se abren nuevos temas y se visibilizan las disidencias. Las nuevas generaciones vienen con una perspectiva muy natural de estas temáticas y eso se siente como un lindo aire fresco”.
Un año en la carrera de Arquitectura y luego ya cursando Indumentaria (Universidad de Buenos Aires) le permitieron proyectarse como diseñador. Hoy se encuentra a cargo de la dirección creativa, el diseño y la moldería en Tramando, y del desarrollo de las cápsulas Jaramillo de Martín Churba junto a Jessica Trosman. Además, es docente en la cátedra Lisman en FADU.
“Es interesante cómo, desde la necesidad, podemos reconstruir la experiencia de la industria. Por ejemplo, la incorporación de nuevas dinámicas de producción. Desde 2018, en Tramando utilizamos casi exclusivamente material textil remanente de stock. Y no solo para producir, sino también como punto de partida de la colección: cómo lo manipulamos y transformamos son las generatrices del proceso. Decidimos también trabajar el año sin guiarnos por las presiones de establecer un esquema bipartito de invierno-verano, sino diseñar, proyectar y producir en escalas más pequeñas y en tiempos más responsables. Creo también que al diseñar se trata de habitar la prenda y encontrar un diálogo con el cuerpo portante: una conversación, un pacto. Las pautas establecidas como tipologías específicas a un género o reglas de construcción como de qué lado se cierra una camisa son convenciones que poco nos importan hoy. Espero que pronto podamos divertirnos más con la ropa, más allá de la funcionalidad del vestir”.
Diseñador gráfico, fotógrafo y skater profesional. Está a cargo de la dirección creativa y el diseño de la marca de indumentaria Revolver.
“Después de todo lo que vivimos en 2020 fue imposible no replantearnos tanto nuestras prácticas como nuestro rol. La virtualidad nos enseñó una forma diferente de trabajar, quizá más eficiente. Con respecto a la producción, somos más conscientes en relación con los volúmenes que ponemos en marcha. Creo que cada vez la gente busca más identificarse y sentirse representada no solo con el producto final sino con lo que hay detrás de cada diseño. El propósito, el mensaje, los valores, saber quién y dónde fabrica las prendas, creo que va por ahí. Además, veo interesante que, a partir de la digitalización/virtualidad, se alteren los tiempos y hoy puedan crearse o darse a conocer nuevos proyectos sin tener que hacer grandes inversiones, eso está buenísimo para que todos tengan acceso a mostrar lo que hacen”.
Fotografías: Bianca Sifredi y Steven Sierra