<div>La investigadora Daniela Lucena nos cuenta sobre la nueva publicaci&oacute;n que realiz&oacute; junto a la editorial Ampersand.&nbsp;</div>

Desde hace a&ntilde;os estudio los cruces entre arte, moda y dise&ntilde;o en Buenos Aires. Siempre sent&iacute; que conoc&iacute;amos mucho sobre lo que hab&iacute;a ocurrido en Par&iacute;s o New York, pero poco sobre nuestra propia escena. Intu&iacute;a una historia dispersa hecha de colaboraciones, archivos olvidados y experiencias est&eacute;ticas que se atrevieron a desafiar los l&iacute;mites de las disciplinas. En ese deseo de armar otro mapa cultural, uno donde la indumentaria no quedara confinada a las &ldquo;artes menores&rdquo;, naci&oacute; &iquest;Por qu&eacute; son tan geniales? Arte y moda en la Argentina. Quise contar en el libro c&oacute;mo ciertas acciones que intervienen sobre el vestir, lejos de ser marginales, inventaron mundos posibles en los bordes del arte, el dise&ntilde;o y la vida cotidiana. Me interes&oacute; trabajar con pr&aacute;cticas que revelan c&oacute;mo detr&aacute;s de las prendas aparecen los cuerpos, los afectos e incluso los conflictos sociales. Opt&eacute; por una mirada situada, atenta a las materialidades y a las biograf&iacute;as siempre en relaci&oacute;n con su contexto. Esa perspectiva me permiti&oacute; recuperar saberes hist&oacute;ricamente deslegitimados ligados al textil, a lo manual, lo dom&eacute;stico y lo femenino; &ldquo;saberes sometidos&rdquo; relegados por las jerarqu&iacute;as culturales que, sin embargo, son decisivos para comprender la potencia creativa que recorre las p&aacute;ginas.
El relato comienza en las d&eacute;cadas de 1940-50, cuando Buenos Aires recibi&oacute; a artistas que hu&iacute;an del nazismo y modernizaron nuestra escena cultural. Una de ellas fue Fridl Loos y el linaje que tra&iacute;a desde los Talleres Vieneses: la cr&iacute;tica a la moda como imposici&oacute;n masiva, la defensa de la comodidad y la libertad de movimiento como principio est&eacute;tico. En un pa&iacute;s que a&uacute;n discut&iacute;a la frontera entre artes y oficios, ese modo de pensar la ropa como proyecto fue verdaderamente disruptivo.
Los a&ntilde;os 60 abrieron otro frente con la juventud como protagonista. La minifalda, el jean, la revoluci&oacute;n sexual y las tensiones pol&iacute;ticas mostraron que el vestir pod&iacute;a ser un campo de batalla simb&oacute;lico. Me interes&oacute; recuperar el cruce entre vanguardia y comunicaci&oacute;n, donde el cuerpo vestido funcion&oacute; como territorio de emancipaci&oacute;n y como espacio para un deseo femenino que reclamaba nuevas formas de autonom&iacute;a.
En los 80 y 90 la fiesta, el under y el rock pusieron el cuerpo en el centro. Eran a&ntilde;os atravesados por la dictadura, la primavera democr&aacute;tica, la crisis del sida y un anhelo de libertad que renov&oacute; los discursos sobre el arte y la moda. Muchos artistas usaron la indumentaria para desafiar el miedo y recomponer el estado de &aacute;nimo colectivo. Daniel Melero lo resumi&oacute; en una frase que sintetiza toda una sensibilidad: &ldquo;modo mata moda&rdquo;. Ese modo aparece aqu&iacute; como micropol&iacute;tica, como una pr&aacute;ctica que hizo de la precariedad potencia y de la diferencia un valor.
La crisis de 2001 volvi&oacute; a activar ese impulso. Surgieron talleres, colectivos de artistas y dise&ntilde;adores, tiendas y espacios autogestivos que apostaron por una identidad propia. En ese contexto tom&oacute; fuerza el dise&ntilde;o de autor, junto con nuevos circuitos de producci&oacute;n y consumo que desafiaron la l&oacute;gica dominante del mercado y recuperaron la escala local, el trato directo y la experimentaci&oacute;n material.&nbsp;
Si algo descubr&iacute; mientras escrib&iacute;a es que arte y moda, en Argentina, se encontraron muchas m&aacute;s veces de las que imaginamos: en s&oacute;tanos, vidrieras, recitales, museos y pasarelas. La idea de &ldquo;po&eacute;ticas del vestir&rdquo; que desarrollo en el libro busca visibilizar esos modos de crear sentido a trav&eacute;s del cuerpo y las prendas, peque&ntilde;as gram&aacute;ticas que actuaron como gestos de resistencia, deseo y comunidad. Esa mirada permite entender c&oacute;mo distintos grupos usaron la ropa para desarmar l&oacute;gicas de poder, provocar, jugar con lo prohibido o inventarse un lugar propio a contrapelo de lo establecido. Si la pregunta del t&iacute;tulo &iquest;por qu&eacute; son tan geniales? tiene una respuesta, est&aacute; ah&iacute;: en esas complicidades, colaboraciones y b&uacute;squedas compartidas que hicieron del cuerpo vestido un espacio de imaginaci&oacute;n y libertad.

Adelanto: ¿Por qué son tan geniales?

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